6.1. Psicología Cultural
La psicología cultural emerge de la llamada “revolución cognitiva”, perspectiva que es encabezada por autores como Jerome Bruner, Michael Cole, entre otros, la cual asume la idea que la cultura y la mente son inseparables ya que se constituyen mutuamente. Su estudio se enfoca en la forma en que las tradiciones culturales y las prácticas sociales van transformando, expresando y regulando la mente humana. Por lo cual, la psicología cultural centra su atención en las interacciones que se dan entre sujeto y objeto, el yo y el otro, la mente y la cultura, las personas y el ambiente, la figura y el fondo, en como las mentes se entretejen conjuntamente de forma dialéctica y dinámica.
La psicología cultural se basa en la búsqueda de sentido y en una concepción intencional de mundos constituidos. La búsqueda de sentido inherente a los seres humanos, incentiva el aprovechar y utilizar los significados y medios que están dispuestos en un contexto cultural. Mientras que la concepción de mundos constituidos afirma que los sujetos y objetos, las personas y el entorno modifican la identidad del otro, y por lo tanto, no se pueden disociar en variables independientes y dependientes. Sus identidades son interdependientes, ninguna de las partes que se supone son contrarias se pueden definir sin la incidencia de la otra parte.
Una de las ideas principales de la psicología cultural es que no existe un ambiente sociocultural que tenga una identidad independiente de la forma en como los seres humanos aprovechan significados y recursos del ambiente en cuestión, ya que cada persona comienza a crear su subjetividad y estado mental a partir del proceso de apropiación de significados y uso de los elementos del entorno.
Los ambientes culturales son mundos intencionados porque su existencia es real, objetiva y contundente, solo en medida de que exista una comunidad cuyas creencias, deseos, emociones, propósitos y representaciones mentales que estén encaminadas e influenciadas por ella.
Los mundos intencionados son mundos artificiales poblados con productos, herramientas o tecnologías de diseño propio. Un mundo intencional puede contener eventos como robar o comulgar, tener procesos como el pecado o el dañar, situaciones como el exorcismo, prácticas como el comprometerse o divorciarse, y objetos artesanales como un ajedrez, un molino o una cama.
Las cosas que creamos, criamos, formamos, fabricamos, inventamos, señalamos o constituimos solo pueden existir dentro de un mundo intencionado. Lo que hace que su existencia sea intencionada es que tales cosas no existen independientemente de las relaciones que mantienen con ellas mismas y la influencia que ejercen en nuestras vidas a causa de nuestras concepciones de ellas.
Las cosas intencionadas no tienen una realidad natural o identidad separada de los significados o actividades humanas. Los mundos intencionados no existen en independencia de los estados intencionales, como las creencias, deseos, emociones, etc., dirigidos hacia ellos y por ellos, por las personas que viven en ellos.
Por ejemplo, el tradicional día de muertos adquiere un profundo significado dentro del pueblo mexicano, la cual trae consigo un sentido de identidad acompañada de creencias y emociones.
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¿qué es la psicología cultural?
La psicología cultural emerge de la llamada “revolución cognitiva”, perspectiva que es encabezada por autores como Jerome Bruner, Michael Cole, entre otros, la cual asume la idea que la cultura y la mente son inseparables ya que se constituyen mutuamente. Su estudio se enfoca en la forma en que las tradiciones culturales y las prácticas sociales van transformando, expresando y regulando la mente humana. Por lo cual, la psicología cultural centra su atención en las interacciones que se dan entre sujeto y objeto, el yo y el otro, la mente y la cultura, las personas y el ambiente, la figura y el fondo, en como las mentes se entretejen conjuntamente de forma dialéctica y dinámica.
La psicología cultural se basa en la búsqueda de sentido y en una concepción intencional de mundos constituidos. La búsqueda de sentido inherente a los seres humanos, incentiva el aprovechar y utilizar los significados y medios que están dispuestos en un contexto cultural. Mientras que la concepción de mundos constituidos afirma que los sujetos y objetos, las personas y el entorno modifican la identidad del otro, y por lo tanto, no se pueden disociar en variables independientes y dependientes. Sus identidades son interdependientes, ninguna de las partes que se supone son contrarias se pueden definir sin la incidencia de la otra parte.
Una de las ideas principales de la psicología cultural es que no existe un ambiente sociocultural que tenga una identidad independiente de la forma en como los seres humanos aprovechan significados y recursos del ambiente en cuestión, ya que cada persona comienza a crear su subjetividad y estado mental a partir del proceso de apropiación de significados y uso de los elementos del entorno.
Los ambientes culturales son mundos intencionados porque su existencia es real, objetiva y contundente, solo en medida de que exista una comunidad cuyas creencias, deseos, emociones, propósitos y representaciones mentales que estén encaminadas e influenciadas por ella.
Los mundos intencionados son mundos artificiales poblados con productos, herramientas o tecnologías de diseño propio. Un mundo intencional puede contener eventos como robar o comulgar, tener procesos como el pecado o el dañar, situaciones como el exorcismo, prácticas como el comprometerse o divorciarse, y objetos artesanales como un ajedrez, un molino o una cama.
Las cosas que creamos, criamos, formamos, fabricamos, inventamos, señalamos o constituimos solo pueden existir dentro de un mundo intencionado. Lo que hace que su existencia sea intencionada es que tales cosas no existen independientemente de las relaciones que mantienen con ellas mismas y la influencia que ejercen en nuestras vidas a causa de nuestras concepciones de ellas.
Las cosas intencionadas no tienen una realidad natural o identidad separada de los significados o actividades humanas. Los mundos intencionados no existen en independencia de los estados intencionales, como las creencias, deseos, emociones, etc., dirigidos hacia ellos y por ellos, por las personas que viven en ellos.
Por ejemplo, el tradicional día de muertos adquiere un profundo significado dentro del pueblo mexicano, la cual trae consigo un sentido de identidad acompañada de creencias y emociones.
Entonces podemos decir que la psicología cultural es el estudio de mundos intencionados. Es el estudio del funcionamiento de una sociedad en mundos particularmente intencionados. Es la investigación de procesos psicosomáticos, socioculturales e inevitables realidades divergentes en donde el sujeto y objeto no pueden ser separados porque ellos son interdependientes, cada uno necesita del otro.
Para concluir, la psicología cultural es una ciencia interdisciplinaria, en caminada a desarrollar un aglutinamiento de disciplinas, especialmente adecuando a la antropología con la lingüística para el análisis de las intencionalidades y particularidades de los ambientes socioculturales, reuniendo a la psicología con la filosofía para desentrañar las intencionalidades e historicidad de las sociedades.
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